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Mostrando entradas de agosto, 2017

Dos palabras y un te amo

Cruzando ríos y mares, de noches oscuras sin lunas, de días de lluvias, de días de sol, sintiendo el latido apresurado de mi corazón, que tiene un por qué, que tiene una excusa, bebiendo tu sed y tu agua, sintiendo el calor de tu alma . Atravesando bosques y desiertos, sintiendo tu piel en la mía, tu aliento en mi cuello, amor mío ¿ cómo contarte que siento ? Sumergirme en un cuento de hadas, atravesar puentes sin llegadas, oliendo la tierra aún mojada y la música del viento que me llega al alma. Percibir tus manos en las mías, ¿cómo decirlo en dos palabras ? ¡cuando significan tantas! con solo un ...TE AMO

Escucha mi voz

Voz, que en mi interior se escucha Voz del alma y del pensamiento, que percibe mi corazón y que en suaves sonidos o en gritos lastimeros, no quiere salir. Abrigada en mi interior lucha con sigo misma y es arquitecta de puente de encuentros y de castillos de cuentos. Voz que con la dulzura de un canto, denota su calidez. Voz que como el rugido de un león muestra su furia, ante tanta hipocresía y maldad. Voz que con solo murmullo y suavidad extrema, muestra su amor. Voz que revela melancolía, de aires, de vientos, de súplica, de lunas. Voz que manifiesta tristezas, que brama, que duele, que huye de noches, de tormentas, de cama vacías, de sombras, de sueños perdidos Voz que en lo recóndito de mi ser se hace oír y en la transparencia de mi alma se vislumbra a través de mi mirada. Solo...detente a escuchar mi voz.  .

soledad

Ella, dulce señora de ojos tristes, su silueta reflejada tras el cristal de una pequeña y vieja ventana, viendo la lluvia caer de un invierno frío y gris. Ella, de cabellos cortos y canos, de rostro donde el paso del tiempo deja su huella. Ella, sin siquiera conocerme, su mundo se acercó a mí y...vi su soledad. Ella, melancólica, cauta, expectante, fabulando vidas ajenas, haciendolas suyas. Ella, bella dama de ojos claros como el mar, soñando su pasado e inventando su presente. Ella, frágil, olor a menta y a café, evidentes miedos aflorando de su piel. Ella, implorante, sin palabras ni sonidos, tímida, de manos temblorosas y arrugadas, se denotaban urgente a la caricia, desbordando ternura y...solo la lluvia se oía y su ventana lloraba. Señora de mirar triste, anfitriona de vacíos e incertidumbres, sin saberlo, una flor llegará a sus manos de alguien que escuchó su soledad.