soledad
Ella, dulce señora de ojos tristes,
su silueta reflejada tras el cristal
de una pequeña y vieja ventana,
viendo la lluvia caer de un invierno
frío y gris.
Ella, de cabellos cortos y canos,
de rostro donde el paso del tiempo
deja su huella.
Ella, sin siquiera conocerme,
su mundo se acercó a mí
y...vi su soledad.
Ella, melancólica, cauta, expectante,
fabulando vidas ajenas,
haciendolas suyas.
Ella, bella dama de ojos claros
como el mar,
soñando su pasado
e inventando su presente.
Ella, frágil, olor a menta y a café,
evidentes miedos
aflorando de su piel.
Ella, implorante,
sin palabras ni sonidos,
tímida, de manos temblorosas y arrugadas,
se denotaban urgente a la caricia,
desbordando ternura
y...solo la lluvia se oía y su ventana lloraba.
Señora de mirar triste, anfitriona de vacíos
e incertidumbres,
sin saberlo, una flor llegará a sus manos
de alguien que escuchó su soledad.
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